viernes, 5 de septiembre de 2008

5.4. Día de la mujer trabajadora

5.4 DIA DE LA MUJER TRABAJADORA.

En fechas próximas al 8 de Marzo tuve la oportunidad, invitada por la asociación de mujeres de La Algaba de asistir a una conferencia de la mujer que ocupa el cargo de adjunta al defensor del pueblo andaluz.
Bajo un único titulo de: ” Modelo de Mujer “; año tras año estas asociaciones invitan a mujeres representantes de la sociedad compartir sus experiencias en medio de la política, la cultura, el arte o las ciencias.
Mientras la oía y veía relatar sus vivencias recordaba la típica Superwoman de la que antes hablábamos.
La mujer que va abriendo camino para que otras mujeres salgan de las paredes de sus casas y emprendan su actividad como voces activas en medio de la política, asociaciones variopintas y empresas.
Pero también dentro de mí surgía una pregunta que me ahogaba:
-“Cuando las mujeres terminemos de convencernos de lo que valemos. ¿No cree usted que tendremos que empezar a ejercer el derecho a sentirnos de nuevo mujer ante la sociedad?”.
A través de los diversos campos profesionales en los que las mujeres vamos participando se demostró nuestra capacidad de aprendizaje y de desenvolvernos pero con ello en muchas ocasiones nos vemos obligadas a disimular las diferencias inherentes a nuestro propio sexo.
Dando como resultado que nuestro esfuerzo en ocasiones es doble de los que tiene que hacer un hombre que por su naturaleza física suele ser mas fuerte. Y al parecer por su condición de hombre, no se ve obligado a sucumbir a las presiones familiares y sociales de la atención del hogar, de la educación y cuidado de los hijos que sigue recayendo aun, sobre las espaldas de la mujer. Salvo en contadísimas ocasiones en las que los maridos conscientes de estas circunstancias hacen equipo con ellas y comparten verdaderamente responsabilidades del hogar.
Quizás estoy demasiada influenciada por mi situación concreta y las de mis compañeras de trabajo. Ya que ejerciendo como celadora en centros de salud publica, nos vemos haciendo los mismos esfuerzos físicos que los hombres pero además, acarreamos la presión de tener que ser súper mujeres y sacar la casa adelante con escasa ayuda.
Tal es el caso también de las muchas mujeres que hoy se enfrentan con la necesidad de tener que trabajar fuera de casa para sostener económicamente a su familia desde su situación de madres separadas, que son muchísimas mas de las que nos damos cuenta.
Es inevitable, aunque yo no tenga respuestas. Que pida a la sociedad antes o después se plantee este tema con seriedad pues conlleva la vivencia de sus vidas llenas de agobios y estrés que muchas veces raya en la injusticia y en la contradicción de esa búsqueda de la felicidad y la libertad que tanto deseamos.

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