viernes, 5 de septiembre de 2008

5.2. El fenomeno feminista

Ante los absurdos errores que hemos visto en el pasado se cometieron al juzgar al sexo femenino; las mentes que influían en la Sociedad, era normal que las mujeres gritarán pidiendo justicia.
Al principio son voces sueltas Maria Sayas, Sor Juana Inés de la Cruz. Pero a finales del siglo XVIII estas voces han crecido y entre las convulsiones de las revoluciones políticas y sociales, surgen movimientos en pro del reconocimiento entre los Derechos Humanos, que al parecer eran solo privativos del Varón.
Surgiendo así el conjunto de movimientos cuya doctrina común es la de mejorar la situación de la mujer en la sociedad, y que ésta, acepte sus derechos para lograr así su emancipación.
El feminismo según nos aclara el Diccionario de la Real Academia de la lengua se ha materializado históricamente en dos tipos de movimientos bien diferenciados:
1º -El ligado a la lucha por mejorar la situación jurídica y política de la mujer, a través de la consecución del derecho de voto.
2º -El ligado a la lucha de carácter social, sexual y político.
Los primeros movimientos se tradujeron ante todo en corrientes de opinión favorables a los derechos de la mujer, fomentados por el desarrollo de la revolución francesa:
En 1971 Olympe de Gouges, francesa, presenta su: ”Declaración de los Derechos de la mujer”; en la Asamblea Nacional de su País.
En este documento que sostenían pequeños grupos de mujeres se hace una verdadera reivindicación política y económica a favor de la mujer.
Olympe de Gouges dice así: “Las mujeres deben tener derecho a la tribuna puesto que tienen derecho a subir al patíbulo“.
Y así murió guillotinada en Paris por orden de Robes Pierre con el fin de abortar los movimientos de emancipación que empezaban a surgir con premura.
En 1792. - Mary Wollstonecraft, de origen Inglés, pública: “Una reivindicación de los derechos de la mujer“-
Aunque es a partir de 1848. En una convención femenina celebrada en Séneca Falls (pequeño pueblo de Nueva York; cuando aparece el “Feminismo”, como un fenómeno colectivo que persigue equiparar los derechos de la mujer al varón.
Todavía a principios del siglo XIX, las mujeres no tenían acceso al voto, ni a cargos públicos. Se supeditaban tanto sus bienes, como su persona a sus maridos. Sufrían discriminación en el terreno profesional y la enseñanza superior.
Lo que sí podían ejercer como siempre lo han hecho y seguiremos haciendo es influir desde la vida privada, en todos los campos sociales. Ya que es en el seno de la familia y la educación donde se dá el primer influjo tanto en la cultura, como en la sociedad.
A mediados del siglo XIX, es cuando realmente empiezan a cristalizar todos estos movimientos. Apareciendo principalmente en Gran Bretaña, y más tarde en E.U.A y Francia.”Los llamados grupos “sufragistas”.
Su meta es conseguir el voto, a fin de utilizarlo como arma de presión política sobre los gobiernos y los partidos, con objeto de mejorar su situación.
En estos grupos sobresalen mujeres como: E. Cady Stone, Lucrecía Mott, Fawcet o Pankhurst (fundadora en 1903, de la Unión Social y política de mujeres) Y Brunschwig (fundadora en 1909, de la Unión Francesa para el sufragio de las mujeres)
Pero el voto para la mujer tardo mucho en ser incluido en las constituciones de los diferentes países.
El sufragismo en Inglaterra (1918), es el culmen de esta lucha encarnizada por la igualdad, junto con Austria y Alemania.
En EEUU primero y después en Europa, se consigue primero el acceso a la Enseñanza Superior. Mientras, se reincide en la exigencia del derecho a los mismos trabajos de los hombres, la independencia económica y el control de propiedades entre otros.
La segunda guerra mundial ayudo a esta incorporación a los puestos vacantes por los soldados; Demostrando así que tenían las cualidades oportunas para exigir este derecho.
Fue el empujón que abrió las puertas a muchas profesiones, que antes eran impensables verlas desarrollar por una mujer.
En España, las primeras corrientes feministas no organizadas aparecieron a finales del siglo XIX, en torno a los escritos y traducciones de E. Pardo Bazán y C. Arenal. Así como por la actividad de ambas como conferenciantes y divulgadoras de la problemática de la mujer.
Llegando a España en 1931. Recomendado es echar una mirada en los boletines oficiales de la época, por ejemplo la sesión fechada el 1 de Septiembre de ese mismo año.
De este documento original, recojo los siguientes puntos, que nos pueden dar una idea de cual seria el ambiente que en las cámaras de gobierno, defenderían o atacarían estos derechos nacientes de la mujer de aquella época.


“..........cantó Gabriel y Galán como ama de casa ; que la mujer española, como educadora de sus hijos, merece también las alabanzas de los poetas; pero que la mujer española como política, es retardataria, es retrógrada; todavía no se ha separado de la influencia de la sacristía y del confesionario, y al dar el voto a las mujeres se pone en sus manos un arma política que acabaría con la Republica y extendería el ejemplo de esos bancos a toda la cámara.
Un Sr. Diputado: Vosotros terminareis con la República. Nosotros queremos realidades, no hablamos para la galería. Yo creo que a la mujer puede dársele el derecho pasivo, el derecho a ser elegida, pero nunca el derecho a ser electora, por esta razón que yo estimo que ha de ser razón que comprenderéis todos. Vosotros.....
.....La Srta Campoamor: Pido la palabra.
El Sr, Presidente: La tiene S.S.
La Srta Campoamor: Ciudadanos diputados, mucho vacilaba yo en elevar mi voz modesta en la Cámara. Creyendo que mi deber estaba en intervenir tan sólo en momentos en que me fuera imposible dejar de hacerlo, y con este criterio me resistí el día anterior, cuando en la veintinueve parte . Y aun menos que de la labor de la comisión me corresponde, sentía yo herido mi sentimiento al oír a D. Basilio Álvarez, como acusaba al proyecto de constitución de frialdad.
Lo he sentido de nuevo hoy cuando se ha elevado una voz en esta cámara para decirnos _quien sabe por que reminiscencia, en el fondo de tipo católico (Muy bien)_ que la aportación de la mujer, al derecho político podría ser un peligro para la Republica, olvidando dos cosas...
(El Sr. Álvarez Buylla: No he dicho eso Srta. Campoamor; no la aportación, sino el voto.)
Srta Campoamor: Aportación por medio del voto, si quiere el Sr. Buylla, y ya esta claro. Olvidando, repito, primero, el principio democrático que aquí estamos obligados a implantar. Sin distinciones aristocráticas de ninguna clase (Muy bien), Si el principio ha de prevalecer y olvidando también que una vez más se repite el hecho eterno de que cada hombre define a la mujer a su manera, como la ven, no como ella es.
Porque hasta ahora no fue juzgada por normas propias. Y es preciso dejarla que se manifieste para que por sus hechos se la pueda juzgar.(Muy bien).......
.........Un diputado: Dejad que la mujer se manifieste como es, para conocerla y para juzgarla, respetad su derecho como ser humano,......
....Dejad, además a la mujer que actúe en derecho, que será la única forma que se eduque en él, fueren cuales fueren los tropiezos y vacilaciones que en principio tuviera.
.....Yo hago un distingo preciso entre mi sentimiento ciudadano y el sentimiento de sexo, ambos potentes y poderosos, pero el primero acaso más.
Yo pienso y me enorgullezco de que en España , cuantas tantas veces hemos rechazado el falso patriotismo se asienta en nuestra verdad y no en las ficciones de enfrente, cómo sentimos la Patria y como la amamos,
Yo me he regocijado pensando en que esta Constitución será, por su época y por su espíritu, la mejor hasta ahora, de las que existen en el mundo civilizado, la más libre ..........
.... Pienso que es el primer país latino en que el derecho a la mujer va a ser reconocido, en que puede levantarse en una Cámara latina la voz de una mujer, una voz modesta como ella, pero que nos quiere traer las auras de la verdad, y me enorgullezco con la idea de que sea mi España la que alce esa bandera de liberación de la mujer......
....no dejéis que sea otra nación latina la que pueda poner a la cabeza de su constitución, en días próximos, la liberación de la mujer, vuestra compañera. (grandes aplausos).

Espero queridos lectores, os haya parecido interesante este escueto paseo por una sesión de una cámara de las cortes del año 1931. Recorrido histórico, que nos hace ver la verdadera polémica que ha suscitado la postura de la mujer en la sociedad, desde el principio.

Definitivamente el voto femenino fue conseguido en 1932 durante la Segunda República, aunque ya 1919 se había publicado “La condición social de la mujer en España, de M. Nelken.
Dentro de la orientación del segundo tipo de feminismo, este comenzó a hacerse presente a mediados de los años sesenta.
Sirviendo de punto de partida los escritos de Simone de Beauvoir, M. Mead y otras escritoras feministas.
En principio, los movimientos se centraron en aspectos ligados a la condición sociocultural de la mujer, como: el aborto, el divorcio, la legalización y control de los anticonceptivos.
Temas estos, que denuncian. Que con todos estos avances en la promoción de la mujer, hay un alejamiento o desgaste en cuestiones cruciales como la familia, la sexualidad y la maternidad.
Siendo las siguientes propuestas de estos grupos la liberación en cierta forma de estas obligaciones tradicionales.
En España, el desarrollo del movimiento se ve frenado por el franquismo. Oponiéndose también a estos planteamientos grupos de orientación cristiana que ve en ellos un perjuicio para la familia y la sociedad.
En pleno siglo XX, las más radicales dentro de estos grupos feministas inician fuertes campañas de anticoncepción.
Julián Marías (filósofo) ante esta supeditación del progreso por encima de la sexualidad y la maternidad afirma:
“La disociación entre sexualidad y reproducción; fue un hecho histórico que provoco cambios decisivos en la condición de la mujer y la relación entre los sexos”
A finales de los sesenta, el clima político y las revueltas estudiantiles del 68 favorecen el reconocimiento de estas voces.
Simone de Beavoir, compañera de Sartre, en su libro “El segundo sexo”, escrito en 1949, habla de “trampa de la maternidad”.
En el mismo recoge todas sus ideas, siendo considerado como libro de cabecera de los movimientos feministas.
También es destacable “El movimiento now” de Betty Friedan, autora de “La ilusión femenina” (1963). En el que entre otras formas describe el hogar como “Un confortable Campo de Concentración”, que veta las aspiraciones profesionales de la mujer.
En 1970, Germaine Greer (alemana), en su “The Femate Eunuch” Dice: ”Si las mujeres quieren conseguir una mejora en su condición, parece obvio que deben negarse a contraer matrimonio”.
Atacando de esta forma al matrimonio y a la familia. Viendo en ellas, trampas en las relaciones más elementales de la afectividad humana: amor, maternidad, vida de familia. Llegando a denunciar a estos aspectos como a los enemigos de la realización de la mujer.
Ante tan catrastofistas argumentos, pasado un tiempo algunas de estas mismas mujeres rectifican de alguna forma su intención y vemos por ejemplo a Betty Friedan en su libro “La segunda etapa“, abogar por el resurgir de la familia y por la necesidad de dar y recibir amor. Basados en una relación de cooperación entre los sexos.
Como decía Suzane Moore: ”la mujer a conseguido el reconocimiento legal de la igualdad de derechos y oportunidades y a contribuido a la revalorización del papel en la sociedad pero a costa de negar su identidad femenina”.
Antonieta Macciochi propulsora del neofeminismo concreta este, diciendo que: ”consiste en recuperar el espíritu del primer feminismo reivindicativo de los derechos políticos de la mujer sin los excesos radicalistas de los setenta.
Subraya la identidad de la mujer en la sociedad, defiende los valores femeninos en la maternidad como realización de la mujer en la compañía del hombre.
Su propuesta es una mujer combativa, guerrera y segura, de que siendo ella misma; puede ir por delante sin mimetizarse con el hombre.
Integrada, con capacidad intelectual en todos los campos y motor de la sociedad.
En 1976 resurge el feminismo en España. Con las reivindicaciones propuestas en el ámbito internacional.
Desde ese año se han multiplicado por toda España los congresos y encuentros, las publicaciones, e incluso la creación de un partido político especifico.
En este recorrido histórico, encontramos también a Josefina Figueras que pone de titulo a uno de sus libros:“El feminismo a muerto, viva la mujer”.
Quiero recoger algunas palabras del Papa Juan Pablo II de sus cartas apostólicas “Mulieris dignitatem“ y cartas a las mujeres con motivos de la celebración de 1988 en la Plaza de San Pedro con motivo del día de la mujer trabajadora.
“El reconocimiento del papel de la mujer en la sociedad ha encontrado muchos obstáculos pero tampoco se puede decir que toda resistencia haya sido superada en el campo del pleno reconocimiento de su igualdad y dignidad y de la adecuada valoración de sus peculiares dotes.
Este obstaculizar a las mujeres, el ser en el fondo ellas mismas, ha empobrecido a la humanidad, privándole de auténticas riquezas espirituales”.
El Papa recuerda en ellas además la doctrina católica sobre la igualdad del hombre y la mujer y sobre su complementariedad no sólo en el sentido físico y psíquico, sino más profundamente en el ser.

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