viernes, 5 de septiembre de 2008

1.3-Adios al pasado

1.3. “ADIOS AL PASADO”

Ha pasado mucho tiempo ya de todas esas vivencias.
Mi presente me absorbe completamente. He ido tomando conciencia de que los años no pasan en balde. Y he descubierto el valor de las experiencias, que nunca pasan sin dejar huella.
He conocido nuevas personas que me han ayudado a crecer y a compartir muchas cosas, muchos sentimientos, muchas historias que me hacen ahora ser más objetiva, y un poco menos impulsiva.
Pero sigo mirando la vida con expectación. Como si cada día fuera el primero y el último.
Observando mi transición y la vida de los que me rodean como una maravilla, que se me regala, y de la que solo me interesa sacar lo mejor.
Paso de rencillas y de preocupaciones que rara vez duran más allá de la reflexión. En la que siempre busco lo positivo, y si la circunstancia es grave, me amparo en la brevedad de esta vida.
Por grave que sea un asunto, no durará más de cien años, y yo no pienso vivir tanto. Así que para que sacar ninguna preocupación de contexto.
Sin la obsesión, se encuentran antes soluciones a todos los problemas. Así que procuro pasar la mano a los defectos que veo en los demás.... con los míos.... lo llevo peor.
A pesar de que algo de verdad hay en este capitulo, no pretendía hacer una autobiografía.
Sabiendo que este modo de sentir es el que he observado en otras muchas mujeres, que casadas muy jovencitas, Se les hace a veces difícil vivir con serenidad pendientes únicamente de sus parejas y de sus hijos. Algo dentro de ellas sigue creciendo, la necesidad de sentirse realizadas.
Este termino: “Realizadas”, “necesidad de realizarse”, y otras frases semejantes, nos llegaron con todas las movidas a favor de la mujer.
Unas con más suerte que otras. Pero son frases de nuestro tiempo. Nunca se las oí a mi madre, y por supuesto mi abuela, nunca las pronuncio. En la mayoría de las familias de todos los tiempos, la mujer ha ocupado un papel importantísimo: como compañera, como madre y como personal de servicio del hogar. Sin plantearse, si podía llegar a más.
Yo me atrevería a decir que feliz desde su rol de mujer.
Las excepciones que confirman la regla, serían las que se salían un poco de este papel.
La madre, estaba en casa y ayudaba a su familia, no ganando más, sino administrando mejor los recursos. Ajenas en la mayoría de los casos al progreso científico y tecnológico, preocupada más en el bienestar de los demás que de su propia historia.
La mujer de nuestros días, tiene más ayudas para realizar su trabajo de ama de casa. Los avances y la moderna tecnología de nuestros electrodomésticos, regalan más horas a la mujer para dedicarse a otras cosas: a un trabajo profesional fuera de casa, a su propio crecimiento como personas, a su cuidado personal.
Y según va conociendo que puede llegar a más, no parece sentirse más feliz. Antes bien entramos en el juego del consumismo, y hemos vuelto también más egoísta. Demandamos de los que la rodean nuestros derechos: nuestra libertad, nuestro descanso, la cooperación en las tareas del hogar.
Sin embargo, aun no se realmente que tiempo es mejor, pues ni todo es blanco ni todo negro. Cada cual vive sus circunstancias como Dios le da a entender, y los demás le dejan.
Lo que sí es cierto, es que nos complicamos demasiado la vida, buscando la felicidad o un bienestar que la mayoría de las veces es tan fugaz como unas vacaciones de verano.
Tengo la impresión de que “La felicidad” no esta la mayoría de las veces, en aquellas metas que nos proponemos. Si no en sacar lo bueno de cada experiencia: sencilla o extraordinaria, que nos toque vivir.
Mi vida es sencilla, no tengo demasiadas necesidades, quizás sea ese el motivo por el que tengo tiempo de observar lo que ocurre en mi alrededor. Y es a esto a lo que te invito, a que miremos en nuestro entorno, Saliendo un poco de nosotros mismos.
Fuera de nosotros la vida tiene otros muchos matices que pueden ayudarnos a ser felices, compartiendo las vivencias de los demás. Sin dar demasiadas vueltas a nuestro pasado, pues eso nos impide disfrutar del presente. Sin sufrir, por un mañana que no podemos asegurar, luego para que perder tiempo.
Sin lugar a dudas, lo más importante, lo que más vale es lo que hay a nuestro alrededor. Las personas con las que convivimos.
A nuestro alrededor puede haber gente muy interesante, que pueden enseñarnos mucho. Pero para conocerlas hay que poder separar la mirada de nuestra barriga.
Del pasado solo coger el aprendizaje. Pero para nada perder nuestro tiempo, creyendo que cualquier tiempo pasado fue mejor. El mejor tiempo es este, Hoy, por que es el que tengo para vivir.

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